El mundo está siendo testigo de una nueva burbuja

El padre de la “exuberancia irracional” ataca de nuevo. Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de 1987 a 2006, advirtió en una entrevista concedida a Bloomberg TV que el mundo está siendo testigo de una nueva burbuja, esta vez en el mercado de bonos.


Fuentes: La Republica 5 de agosto de 2017 y Dinero 17 de agosto de 2017


¿Está la economía estadounidense al borde de otra burbuja?

El padre de la “exuberancia irracional” ataca de nuevo. Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de 1987 a 2006, advirtió ayer en una entrevista concedida a Bloomberg TV que el mundo está siendo testigo de una nueva burbuja, esta vez en el mercado de bonos.

Hace prácticamente 21 años que Greenspan acuñó su famosa expresión. En el momento de aquel discurso, en diciembre de 1996, el índice S&P 500 había subido casi un 21% en el año. Tres años después, la burbuja de las puntocom explotó provocando caídas del 34% en el Dow Jones, del 47% en el S&P 500 y del 77% en el Nasdaq.

Ahora los inversores miran con miedo a los tres grandes índices de Wall Street, entre los que se ha convertido en costumbre batir jornada a jornada los máximos anuales. Sin embargo, para Greenspan el problema no está en el precio de las acciones, sino en el de la deuda.

“Bajo cualquier prisma, las tasas de interés reales a largo plazo están excesivamente bajas y, por lo tanto, son insostenibles. Cuando suban es probable que lo hagan rápidamente. Estamos viviendo una burbuja, no en las Bolsas sino en el precio de los bonos”, señaló el expresidente de la autoridad monetaria estadounidense, que añadió que el estallido de esta burbuja “no está descontado en los mercados”.

El reputado economista también indicó que actualmente hay un problema adicional y es que los mercados no están descontando la posibilidad de una burbuja de bonos como la que él predice.

Las bolsas de valores, más que preocuparse por la posibilidad de un desplome súbito, han estado en plena fiesta con récords consecutivos de los principales indicadores de Wall Street, así como alzas en las bolsas de Europa y de América Latina.

Quienes no comparten la visión de Greenspan consideran que las condiciones actuales de la economía global son distintas a las de la más reciente crisis (que estalló hace 10 años), pues los bancos centrales están más fortalecidos y tienden a complementarse; pues, mientras la FED ha venido subiendo sus tasas de interés, el Banco Central Europeo (BCE) las ha bajado.


Hacia la estanflación

“La mayor preocupación de Greenspan es que la economía estadounidense entre en un período de estanflación; es decir, un periodo de crecimiento estancado y alta inflación, lo que a futuro erosiona la rentabilidad de los bonos de deuda –hoy los Tesoros que vencen en 10 años registran un rendimiento de 2,27% –”, explica Daniel Kruger, analista de Forbes y agrega que, bajo los estándares de Greenspan, un interés de 2,27% es extremadamente bajo si se tiene en cuenta que cuando estuvo al frente de la FED los Tesoros a diez años pasaron de tasas de 9% en 1987 a 4,57% en 2006.

Sin embargo, Kruger señala que, si analizan las tasas de interés de los bonos en perspectiva ya no lucen tan bajas, pues su nivel actual no está muy lejos de la media de los últimos 10 años (2,66%), y casi coincide con el promedio de los últimos cinco años (2,18%). Además, la FED, ahora bajo el mando de Janet Yellen, dejó de comprar Tesoros en 2014 (lo que se considera como una política expansiva, pues, al adquirir los bonos irriga dinero al mercado) y se prepara para empezar a vender bonos este año, lo cual es contractivo.

Si la inflación termina por repuntar con fuerza, pero sin crecimiento económico, los precios de los bonos podrían desplomarse.

“Se trata de un regreso a la época de Jimmy Carter en la Casa Blanca y de Paul Volcker al frente de la FED. Un periodo en el que los tipos de interés en Estados Unidos se elevaron hasta el 20% y en el que el comportamiento de los activos, tanto Bolsa como deuda, fue realmente malo”, explican fuentes financieras.

Greenspan augura de esta forma el fin de más de 30 años de mercado alcista para los bonos, el fin a una tendencia que provocaría una fuerte sacudida en los mercados capaz de hacer temblar los cimientos tanto de la renta fija como de la renta variable.


Buenas y malas noticias

Tett sostiene que la buena noticia de hoy es que el sistema financiero no parece enfrentase a una amenaza inminente causada por un producto “aburrido o demasiado técnico”. Esto, gracias a que los bancos occidentales están bien capitalizados, los reguladores están alertas y la economía global está creciendo.

Pero, la mala noticia es que precisamente el sistema financiero está lleno de liquidez y hay complacencia en la forma de invertir y esto no solo se refiere al hecho de que crecen las apuestas en activos peligrosos como los bonos argentinos o los de PDVSA, sino también los considerados “seguros”.

Ese es el caso de los Exchange Traded Funds (ETF), fondos de inversión cotizados, negocio que ha venido creciendo exponencialmente. Hoy se gestionan más de US$4.000 millones en activos a través de ETF a nivel mundial. Los ETF no suelen atraer atención, ya que parecen ser -una vez más– una inversión aburrida (en Colombia hay tres ETF sobre acciones y uno tuvo la mala suerte de enfocarse en las acciones menos volátiles, concentrándose en Corficolombiana, cuando arrancó el escándalo de Odebrecht).

Tett dice que esto no implica que los ETF sean un riesgo per se, como tampoco se supone que lo son los bonos del Tesoro, considerados como los más seguros del mundo; pero con advertencias como la de Greenspan, es mejor mantener un constante cuestionamiento sobre los activos y así evitar que se repita una crisis o que al menos no sea tan dolorosa.



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